martes, 17 de mayo de 2011

Diálogos en un acróstico



Espejo


-Vanidosa niña, eres tu quien me ha robado mi objeto más preciado.
-Exclamas blasfemias. No he robado nada, solo he tomado lo que me pertenece.
Regrésamelo! , ¡Le quiero!, ¡le quiero! ¿Tan grande es tu egoísmo como para no entenderlo? ¡Me pertenece!
-Oh ¿hablas de egoístas? Egoísta tú, le quieres  para engrandecer aun más tu ego.
-No lo entiendes, simplemente no podrías, mi necesidad por el va más allá del ego, me es indispensable para vivir.
-¿Indispensable? ¿Llamas a eso indispensable? Incluso ahora tenemos una pelea estúpida, por algo sin valor.
-Claro, si dejaras de discutir y me dieras lo que es mío.
-Anda deja ya de llorar, como este existen 100 mil más.

-Verónica, egoísta, dame lo que es mío
-Entiende, no es el único. Incluso tú tienes uno 5 veces mejor.
Regrésamelo!
Odiosa! Eso es lo que eres, deja de pelear por algo tan inútil
No es inútil!
-Imposible que armes toda una revolución por esto
-Calla, dejare de pelear hasta obtener lo que quiero
-Anda toma deja ya de llorar.

-¿Verónica, te has rendido?
-Es solo un espejo.
Ruin! hemos discutido toda la tarde y al final dices “es solo un espejo”.
-Oh vamos ¿Qué quieres que diga?
-No lo sé, supongo que esperaba algo más.
-Ilusa, quizás pecas de esperar demasiado,  tienes lo que querías ¿no? Entonces déjame en paz y vete.
-Contigo no se puede hablar.
-Anda deja ya de pelear y vete al sofá a admirar tu rostro una vez más.

Nombre utilizado para el acróstico: Verónica
 
Yasmín Reyes .

viernes, 6 de mayo de 2011

Monólogo

Cuando tenía 7 años solía ser una persona inocente, capaz de creerme todo lo que me decían; desde historias, hasta cuentos; no por algo me creí aquella historia que alguna vez me contaron mis papas. Y es que no era común y corriente, era mágica, llena de fantasías; tanto que hasta que podrías transportarte a otro mundo, a otro universo. Si no me creen pronto lo descubrirán. ¿Quieren saber como empezó la historia?

Todo comenzó con el principio pues el final aún no llegaba. Todo comenzó cuando los dos gemelos gueritos de ojos azules (Sam y Alex) eran chiquitos. Si hubiera sabido que hasta en las historias habrían personas así, me hubiera gustado ser parte de ella, ¿a quién no verdad? Volviendo a la narración. Era una noche fría, oscura, helada, donde la luna alumbraba la casa de los gemelos, donde las estrellas brillaban más que antes. Pensándolo bien no me gustaría pasar noches como esas. Es mejor que solo sucedan en los cuentos, y todo sea fals
edad.

Esa noche en el cielo volaba una hada madrina; volaba por todas partes en busca de un destino, como el que yo podría tener. Sin embargo mis destinos son mejores. Vestía de vestido verde, llevaba consigo unas alas blancas, con zapatos verdes. ¿Qué creían campanita? No! esta hada madrina era diferente; era mejor que cualquier otra. Su luz era visible en todas partes, como el de una luciérnaga. Su destino fué la habitación de los gemelos; ese hubiera querido que fuera mi destino; pero eso solo sucede en los cuentos.

Entró por la ventana de la habitación roseando unos polvos mágicos en cada niño. ¿Ahora comprenden por que dije que era mágica?, por que en la realidad nadie tira unos polvos mágicos para encantar a unos niños, haciéndolos quedar como sonambulos. Al mismo tiempo se levantaron de su cama caminando hacia la ventana. La hada madrína comenzó a volar, haciendo que los niños fueran detrás de ella. Si! es lo que ustedes están pensando, los niños también volaban; que no ven que en historias como estas todo puede suceder, hasta lo que menos te imaginas.

Los gemelos y el hada madrina volaron por unos minutos llegando a un molino, que en ese momento daba vueltas y vueltas. Volvió a rociarles polvos mágicos; una segunda vez también puede suceder ¿no?; pero ahora haciendo que los niños tuvieran un poco de conciencia. Sin embargo aún no podían saber lo que hacían. Pero recuerden que no todo es felicidad; al menos en esta historia que me contaron mis padres, no lo fué.

El hada madrina se acerco a uno de los gemelos diciéndolo algo al oído, El gemelo saco una pistola, giro el gatillo y disparo, cayendo al piso su hermano. Había ocurrido un asesinato. El hada madrina desapareció dejando a los gemelos ahí.

¿Creían que el hada madrina iba a hacer buena? No! no siempre todo tiene que suceder igual. En esta ocasión las cosas se pintan diferentes, muy diferentes. Acuerdense que todo puede suceder, todo. Esta historia es a la que a mis 7 años de edad me creí. ¿Ustedes también la hubieran creído? Y creo que sí.


Julieta Teáhulos